¿Por qué varan las ballenas?

Además, en esta nota, algunas recomendaciones de cómo actuar en caso de encontrar una ballena varada en las costas patagónicas.

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Cada año se registran en el mundo numerosos casos de cetáceos varados en las costas. Un "varamiento” implica que ballenas o delfines aparecen en las playas, quedando fuera del agua al bajar la marea. Para estudiar y comprender las causas de estos eventos conviene clasificarlos de acuerdo a ciertas características. 

Un varamiento puede involucrar animales muertos, cuando la muerte se produce en el mar y el cuerpo es arrastrado a la costa por el viento y las corrientes; o bien vivos, pudiendo las ballenas mantenerse vivas hasta que la siguiente pleamar (o marea alta) les permita regresar al agua, aunque también pueden morir en la playa antes de lograrlo. A su vez, los varamientos vivos pueden ser "intencionales”, cuando los animales nadan activamente hacia la costa (ej. cuando las orcas varan para alimentarse de lobos o elefantes marinos en la playa), o "accidentales”, cuando aparentemente el varamiento se produce por una desorientación de los cetáceos. Por último, los varamientos pueden ser individuales o grupales ("en masa”). Las especies que más frecuentemente varan en masa son odontocetos como las ballenas piloto, falsas orcas y los cachalotes, llegando en casos extremos a varios centenares de individuos varados.

¿Por qué varan las ballenas?


Existen numerosas hipótesis que intentan explicar las causas de los varamientos. Entre las causas naturales, pueden mencionarse algunas como las infecciones parasitarias en el sistema nervioso y en el oído medio que alteran los sentidos de orientación de los cetáceos; infecciones virales o bacterianas que afectan la salud de toda una manada; huida de predadores; fuertes lazos de unión social en un grupo, que hacen que todos los miembros de una manada sigan a un solo individuo que está varándose intencionalmente o accidentalmente; la ocurrencia de mareas extraordinarias; las características geográficas particulares de una bahía que pueden "actuar como una trampa” para los animales que quedan varados allí; y la desorientación causada por anomalías locales del campo magnético terrestre (por ejemplo, en proximidades de formaciones geológicas ricas en hierro), que posiblemente sea usado por los delfines para orientarse. Otras causas naturales que podrían explicar los varamientos individuales, incluyen predación, desnutrición, y abandono de crías, en especial por madres primerizas. Por último, es posible que si un animal está enfermo o débil y tiene dificultades para mantenerse a flote para respirar, sea llevado por otros animales sanos hacia la costa en su intento por mantenerlo en la superficie, quedando varado, como ha sido observado en delfines.


¿Cómo podemos ayudar?

No hay mucho que podamos hacer cuando las muertes de cetáceos se producen por causas naturales. En toda población silvestre es normal que una cierta proporción de individuos, en particular las crías, muera cada año. Cuando las grandes ballenas (como la ballena franca y la ballena jorobada que pesan entre 30.000 y 50.000 kg) varan vivas, su propio peso fuera del agua comprime sus órganos y puede ocasionar daños internos irreversibles. Estos daños, aunque no sean visibles externamente, en algunos casos pueden provocar la muerte del animal luego de retornar al mar, ya sea que retorne por sus propios medios o por haber sido rescatado de su varamiento con la intención de salvarlo. 

Los recientes casos de una ballena franca varada viva en Río Negro, en la Patagonia argentina, y una ballena jorobada también varada viva en Buenos Aires trajeron gran alarma a la comunidad. Pero la gran mayoría de las veces, los varamientos pasan desapercibidos ante los ojos de la comunidad en general, y la población de ballenas, con su ciclo normal de nacimientos y muertes, sigue su curso natural sin llegar a las portadas de los diarios o a los programas de televisión.

Lamentablemente, muchos animales varados muestran signos de que la muerte se produjo por causas de origen humano. Entonces, sí podemos (y debemos) trabajar para disminuir el impacto de las actividades humanas sobre los mamíferos marinos. Existen amenazas que afectan el bienestar de las ballenas y la dinámica de sus poblaciones en todo el mundo. Muchos cetáceos mueren cada año como consecuencia de enmallamientos en redes de pesca o por colisiones con embarcaciones. 

El cambio climático está derritiendo el hielo antártico y puede ocasionar importantes reducciones en las poblaciones de krill y en consecuencia, en las de sus predadores, como las ballenas. En nuestros estudios hemos detectado ballenas con heridas indicadoras de colisiones con hélices de lanchas y barcos, otras con sogas enredadas en sus bocas, e incluso una ballena franca juvenil con basura en su estómago. Por ello, todos podemos ayudar disminuyendo la cantidad de basura que eliminamos desde nuestros hogares, utilizando otros materiales que no sean plástico, reusando y reciclando al máximo.


¿Qué hacer en caso de encontrar un cetáceo varado vivo en la playa?


Si encontramos un cetáceo varado vivo en la playa o muy cerca de la orilla, lo más importante es inmediatamente buscar la ayuda de personal idóneo. 

En Argentina, llamar al 106 de Prefectura Naval o al 103 de Defensa Civil para que informen a los expertos. Otros teléfonos útiles son el de la Red de Fauna Costera de Chubut (0280-4482688) y la Coordinación de la Red de Rescate de la Provincia de Buenos Aires (0221-154 761 588).

Al llamar es muy importante brindar información sobre el sitio del hallazgo del animal y sus características (identificar si es un delfín o una ballena, describir su color, estimar su tamaño, etc.).

Además, otras recomendaciones útiles son:

-La seguridad de las personas debe ser primordial. Mantenerse alejado del animal especialmente de su cabeza y/o cola. El animal puede estar muy estresado (aunque parezca calmo) y puede lastimarnos si nos acercamos demasiado aunque no lo toquemos. Además, al acercarnos estamos estresándolo aún más, lo que puede deteriorar su salud.-Mantener la calma y no hacer ruido que pueda alterar al animal varado. Evitar que otras personas (especialmente niños) o perros se acerquen al animal.

-Evitar que las personas se acerquen al animal para tomarle fotografías. Las fotografías pueden servir a los expertos para identificar la especie, pero deben tomarse sin flash y a una distancia prudencial de5 m o más. 

-No sacar al animal fuera del agua si está en la orilla ni devolverlo al mar si se encuentra en la playa. Esto puede causarle graves lesiones e incluso la muerte. Esta alternativa sólo puede ser evaluada por personas capacitadas, como médicos veterinarios, y llevada a cabo con ayuda de personal responsable, extremando la seguridad.

-No alimentar al animal o darle agua. En el caso de delfines y ballenas, no tirarle agua sobre el espiráculo (orificio ubicado en la parte superior de la cabeza, un orificio en los delfines, dos orificios en las ballenas) que es por donde respiran.

Otras recomendaciones pueden encontrarse en la página de la Red de Fauna Costera de Chubut.

En caso de vivir en una zona costera o de vacacionar en la playa, es muy útil agendar el número de teléfono de los centros de rescate de fauna. La contribución más importante que podemos hacer es reportar inmediatamente el varamiento vivo para que la ayuda especializada llegue lo antes posible.


Fuente: Por Mariano Sironi y Carina Marón Investigadores delInstituto de Conservación de Ballenas. 


Erica Sanchez